martes, 25 de septiembre de 2012

Conozcamos el Texto Masorético para conocer el Antiguo Testamento.

El texto masorético es la versión estándar y oficialmente usada entre los hebreos del Tanaj o Antiguo Pacto (Antiguo Testamento). Es usada frecuentemente como base para las traducciones del Antiguo Testamento por parte de los cristianos. Fue compuesta, editada y difundida por un grupo de eruditos judíos conocido como masoretas, entre el primer siglo cristiano hasta el siglo décimo (Edad Media). Los masoretas puntuaron el texto y agregaron vocales ya que el texto hebreo original contenía solamente consonantes. Ahora mismo el estándar de las Biblias hebreas modernas, es un texto masorético de 1088 d.C., actualmente almacenado en la biblioteca pública de San Petersburgo (Rusia). Contiene variantes, algunas significativas, como la versión griega llamada Septuaginta.  
 
La palabra hebrea mesorah (מסורה) se refiere a la transmisión de una tradición. De hecho, en sentido amplio, se refiere a toda la cadena de la tradición hebrea. Pero en el ámbito del texto masorético la palabra asume un significado específico, relacionado con notas marginales en los manuscritos (y más tarde impresos) de la Biblia Hebraica (Biblia Hebrea) en las que hay particularidades del texto, relacionadas sobre todo con la pronunciación exacta de la palabra. Los más antiguos manuscritos completos del texto masorético vienen del siglo IX d. C., pero existen fragmentos más antiguos que parecen pertenecer a la misma familia textual. Por ejemplo, entre los manuscritos del Mar Muerto, los fragmentos encontrados en otros puntos del desierto de Judea y el texto masorético, algunas de estas difieren en una letra cada 1,000. En cambio otros fragmentos tienen diferencias mucho más acusadas.
 
El término hebreo masorah (tradición) aparece en diversas formas. Tiene su origen en el libro bíblico de Ezequiel 20:37 con el significado original de cadena. Veamos:
 
Ezequiel 20:37 BTX (Biblia Textual)  "Y os haré pasar bajo el cayado, y uno a uno os haré entrar en los vínculos del pacto.

 
La inmutabilidad del texto era una característica propia, que lo “encadenaba” o lo “ligaba” al contexto. Cuando, en el curso del tiempo, la Masorah se volvió una disciplina tradicional, el término comenzó a significar “entregar” y asumió el significado de “tradición”.
 
El Talmud (la tradición oral) y algunos manuscritos de los caraítas ("seguidores de la Escritura" en el Judaismo) afirman que una copia de referencia de la Biblia hebraica se conservaba en el Templo de Jerusalén para ser usada por los copistas; existían además correctores pagados de los libros bíblicos entre los empleados del templo. Esta copia es mencionada también en la Carta a Aristeas núm. 30, en las afirmaciones de Filón (preámbulo de su análisis de la constitución política de los hebreos) y en Flavio Josefo (historiador judío fariseo del año 37 d.C. hasta el 101 d.C.), Contra Apionem I, 8. Otra historia talmúdica, quizás en referencia a tiempos antiguos, cuenta que tres rollos de la Torá fueron encontrados en el Templo pero que eran distintos. La cuestión fue resuelta con una decisión por parte de una mayoría por una de las tres versiones.
 
El lenguaje del texto masorético es en parte hebraico y en parte arameo palestino. Las anotaciones masoréticas se han encontrado con diversas formas:
  1. en trabajos diversos
  2. en la forma de notas escritas en los márgenes y al final de los códices. En algunos casos las notas están escritas entre líneas. La primera palabra de cada libro bíblico está también, por lo general, rodeado de notas. Estas últimas se llaman masorah inicial; las notas en los márgenes a un lado o entre columnas son llamadas masorah pequeña o interna; las de los márgenes de abajo o arriba masorah grande o externa. El nombre gran masorah se aplica algunas veces a las notas lexicales que se colocan al final de la Biblia impresa, llamada masorah final.
La masorah pequeña consiste en breves notas con referencias a lecturas marginales, a estadísticas que indican el número de veces en que una forma particular se encuentra en las Escrituras, a una pronunciación precisa o errada y a letras escritas de manera anómala.
 
La masorah grande es más abundante en notas. La final comprende todas las rúbricas más largas para las que los espacios no podrían encontrarse en el margen y están puestas en orden alfabético en la forma de una concordancia. La cantidad de notas que contiene la masorah final está condicionada por la cantidad de espacios vacíos en cada página. En los manuscritos esto varía también con el salario que se daba a quien copiaba.
 
Fijación del texto:
 
La subdivisión en palabras, libros, secciones, parágrafos, versículos y capítulos (citados probablemente en orden cronológico); la definición de la ortografía, pronunciación y musicalidad; la introducción o la definitiva adopción de caracteres cuadrados y las cinco finales; algunos retoques textuales para protegerse contra la blasfemia; la enumeración de letras, palabras, versículos, etc. y la sustitución de algunas palabras en las lecturas públicas fueron las primeras realizaciones de los masoretas. Como no se podía ni pensar en modificar el texto original de la Biblia, los primeros masoretas adoptaron algunos subterfugios: marcaban las divisiones con espacios, y hacían referencia a enseñanzas, con modificaciones de las formas de las letras, puntos y otros signos.

Conclusión:

Con la excepción de los rollos Mar Muerto, todos nuestros manuscritos más antiguos de la Biblia hebrea son de la parte final del período masorético. Pero la gran pregunta es:

¿Porque no se encuentran algunas Escrituras mas antiguas que esas, ya que los hebreos cuidaban extremadamente sus Escrituras y sus copias también?

La razón de la escasez de antiguos manuscritos de la Biblia hebrea es una, la ley judía que prohibe el uso de Biblias desgastadas y arruinadas. Tenían que ser enterradas o destruidas de otra manera, para evitar cualquier profanación del divino nombre de Dios que contenían. Por lo tanto, si un manuscrito envejecía y se desgastaba, era puesto en un cuarto de la sinagoga, llamado geniza, para ser destruido después. Hasta ahora sólo se ha encontrado una geniza que contuviera manuscritos antiguos; la del Cairo (Egipto).
Hasta donde sepamos, se han perdido todos los otros manuscritos bíblicos del primer milenio de la era cristiana. Sin embargo, el extremo cuidado con que fueron escritos los manuscritos por los escribas judíos es una garantía de la exactitud de las copias existentes de la Biblia. El descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto que ha proporcionado textos que son mil años más antiguos que las copias más antiguas de la Biblia hebrea conocidas hasta entonces, ha demostrado que el texto del Antiguo Pacto (Antiguo Testamento) nos ha sido transmitido prácticamente en la misma forma como lo conoció Cristo.


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